El hombre que tenía las ideas tan
claras que nunca quiso escuchar las de los demás. Ese es Samuel Eto’o. Un
jugador que vino a Europa a “correr como un negro para vivir como un blanco”, y
no mintió. A lo largo de las casi veinte temporadas que lleva en el futbol del
viejo continente ha hecho exactamente lo que dijo.
Nacido en la ciudad camerunesa de
Duala el 10 de Marzo de 1981, Samuel tuvo una corta carrera futbolística en su
país, pues con 15 años, en 1996 el Real Madrid se interesó por él y lo trajo a
España en ficha del filial, donde disputó sus primeros encuentros en segunda
división B. La cantera del equipo blanco descendió ese mismo año a tercera y el
joven Samuel fue cedido al Leganés, donde jugó durante un año.
Pasado ese periodo, el Real
Madrid decidió recuperarlo ya para el primer equipo y el 5 de diciembre de 1998
debuta en La Liga contra el RCD Espanyol. Ese será el único partido oficial que
disputara durante esa temporada. En enero es cedido al mismo Espanyol, donde
solo juega algún partido amistoso. Su carrera parecía haberse estancado dada la
precocidad en la que llegó al mundo del futbol profesional. A mitades de 1999,
decide buscar suerte en la isla balear de Mallorca, donde el mismo club compra
el 50% de sus derechos a cambio de 7,2 millones de euros. A partir de allí su
carrera hace un giro de 180º y empieza a tener oportunidades y a aprovecharlas.
Se gana un puesto en el once titular del equipo balear, empieza a ganar fama en
La Liga y aunque ya había debutado con su selección en 1997, es en ese momento
cuando empieza a ser una pieza importante de Camerún.
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Eto'o jugando con la camiseta del Madrid. |
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Samuel celebra la Copa del Rey en 2003 |
Su carrera se lanza. Él solo
consigue ganar un partido al Real Madrid en su estadio, al Madrid de
Florentino, recordándole que fueron ellos quienes nunca apostaron por él. Se
hace con la Copa del Rey en 2003 con dos goles suyos en la final frente al
Recre. Clasifica al Mallorca para la Champions y es nombrado mejor futbolista
africano del año. En 2003. Su gran año.
Pronto los grandes equipos se
interesan por él, incluso el mismo Real Madrid, que aún posee la mitad de sus
derechos, pero el camerunés decide recalar en las filas del eterno rival de los
blancos: su destino es el Futbol Club Barcelona. A base de trabajo había conseguido
llegar a la élite. Pero no era suficiente, quería tocar el techo.
El Barcelona era un equipo nuevo,
un proyecto totalmente renovado y fresco, y aunque el conjunto llevaba tiempo sin ganar ningún título, el club pasaría por una de las mejores épocas de la entidad en
las siguientes temporadas. Y Eto’o fue participe de ello de forma muy directa.
El delantero centro titular de ese equipo. ‘Corrió como un negro’ solo con el
objetivo de marcar goles, entre ceja y ceja. Y con el hambre del que tiene todo
por ganar. Era la punta de flecha de un equipo sublime que mimaba el balón
hasta que le llegaba a él a los pies y simplemente lo hundía en la red. Era
capaz de ser un jugador que ayudaba en cierto modo a sus compañeros a hacer su
faena, la de crear el juego, pero que en ningún caso se olvidaba de la suya propia:
meter el gol. Todo esto lo conseguía gracias a su fuerte carácter, que le
obligaba a ser el protagonista del partido. Aunque no era él la estrella del
equipo, sino Ronaldinho, su ambición siempre le llevaba a querer más y más. Dos
Ligas, una Champions League, dos Supercopas de España y un pichichi fue lo que
cosechó hasta 2006.
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Locura tras un gol. Eto'o. |
Triplete. El Barça había hecho lo
impensable. Pero el feeling con Pep
le obligó a marcharse como simple moneda de cambio para que llegase Ibra a la
capital catalana. Su destino: el Inter de Milán. No acabó bien con Guardiola
aunque tuvo su oportunidad de vengarse en las semifinales de la Copa de Europa,
eliminando a su ex equipo y posteriormente alzándose con el trofeo.
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Eto'o y Pep tras ganar la Champions League. |
En 2011, tras dos años en Italia,
Eto’o decidió que ya había tocado techo. Ya había demostrado lo que tenía que
demostrar. Ahora le tocaba ‘vivir como un blanco’. Ese verano, fichó por el
Anzhi ruso y se convirtió en el jugador mejor pagado del mundo. A sus 30 años decidía
abandonar el futbol de primera línea. Pasó 3 temporadas en el Anzhi sin más. En
ese periodo Eto’o desapareció para los focos, se olvidó de la presión de los
grandes clubes y de la competitividad de las grandes ligas.
Sorprendentemente, su ex
entrenador José Mourinho, con el que coincidió en el Inter, le convenció para
volver al Chelsea la temporada pasada. En su papel de veterano jugó varios
partidos, destacando el que les enfrentó al Manchester United, en el cual el
león camerunés anotó un hat trick. A finales de año su relación con Mou se
había deteriorado hasta puntos insospechables en junio, así que Samu decidió no
renovar contrato. Esta última temporada, con 34 años, ha pasado a trancas y a
barrancas por el Everton y ha acabado en la Sampdoria, donde también ha sido
objeto de polémica.
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Eto'o celebra el gol con dedicatoria para Mourinho. |
Eto’o se ha hecho mayor. Las
ambiciones han cambiado o simplemente han desaparecido. El chico africano ya es
un hombre muy adulto sí, pero su forma de ser sigue siendo esa que a veces le
proporcionó el coraje y la sabiduría para ser el mejor delantero centro del
mundo o la que otras veces le invitó a ser protagonista de polémicas en todos
los clubes por los que ha pasado. Podrán decir lo que quieran de este árido
delantero africano, podrán criticarle o podrán alabarle. Pero lo que nunca le
podrán reprochar es no guiarse por su instinto, ser el mismo delante de
cualquier situación. Porque han pasado ya casi 20 años desde que Eto’o llegara
a España como una promesa africana, pero aun nadie le ha conseguido hacer
cambiar ninguna de las ideas que venían con él desde Camerún.
Gracias Samu por todos estos años
de futbol. Gracias por ser “uno de los nuestros”.
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