miércoles, 25 de marzo de 2015

DI MARÍA Y FALCAO, CON LA PUERTA ENTREABIERTA

Este artículo fue publicado el lunes 23/3/2015 en www.elotropartido.com, allí podrás encontrar más opiniones mías y de otros colaboradores a parte de crónicas, resúmenes y todo tipo de información deportiva. ¡No olvides visitarnos!

Ayer, el United de Van Gaal se jugaba una posición para Liga de Campeones. Perder el partido frente el Liverpool significaba perder la cuarta posición, significaba perder el billete a la mayor competición europea, significaba arruinar la temporada. Así pues, los red devils estaban frenteuno de los partidos más importantes de la temporada. Y a parte de todo esto, la clásica rivalidad entre los dos equipos añadía más relevancia al encuentro.
Llegaban las horas previas al partido, y se conocían los onces de los dos equipos. Siendo sorpresa o simplemente algo esperado, en el equipo de salida de Van Gaal no figuraba ni Radamel Falcao ni Di María. Dos de los jugadores llamados a ser buques insignia de este nuevo United empezaban en la banca el partido que iba a determinar gran parte de la temporada. El Manchester ganó, se afianzó en la cuarta plaza y los dos jugadores antes mencionados salieron al campo en la segunda parte, sin casi aportar nada al conjunto. El partido de ayer dijo mucho sobre la situación de estos dos jugadores, pero realmente, aunque parece que estén sumergidos en un mismo problema, los dos jugadores viven realidades muy distintas.
Ángel Di María lleva el número siete. Poco más hace falta decir. El argentino fue la gran inversión del equipo inglés el verano pasado; desembolsó 80 millones para traerse al velocísimo extremo del Madrid. Su inicio fue bastante correcto. Con el peso del dorsal en la espalda empezó jugando como interior y ayudando en la creación del juego, donde los red devils sufrían más. Parecía que estaba destinado a ser el nuevo ídolo de masas en la ciudad inglesa, pero sus apariciones han ido de más a menos y en los últimos meses ha dejado de ser un prometedor fichaje para volverse carne de banquillo. Parece que Louis cuenta más con otro tipo de jugadores como Carrick o Fellaini y Ángel, quien parecía tener derecho indiscutible a estar en el once, ha pasado a ser uno más. Suenan rumores en la prensa inglesa de su posible marcha, pero realmente creo que el argentino sí que puede aportar cosas con su juego al equipo. Prescindir de un jugón como él podría ser un fallo del cual arrepentirse la temporada que viene cuando anden por Europa. El Fideo es un estilo de jugador del cual el Untied carece y su venta sería una pérdida de posibilidades para el técnico holandés.
Por otra parte, Radamel Falcao llegó en calidad de cedido en las últimas horas del mercado en uno de los movimientos más extraños que se recuerdan en Inglaterra. El colombiano aterrizó en un club que contaba con los servicios de Van Persie y Rooney, dos atacantes hechos y derechos que se conocen como la palma de la mano la Premier, un factor que parece ser fundamental para triunfar en Inglaterra. Tuvo oportunidades, marcó goles, pero cuando parecía que empezaba a despegar, Radamel se lesionó. Robin y Wayne fueron piezas fundamentales del United durante la baja del tigre y obviamente, a su vuelta, no pudo ganarse un lugar en el once inicial frente a estos dos colosos de las porterías inglesas. Pero el punto de inflexión del caso Falcao ha sido su poca presencia en el once tras la lesión de Van Persie. Van Gaal prefiere jugar con solo un punta antes de dar minutos a Falcao. El colombiano, pese a su innegable talento, parece que no va a tener sitio en este equipo así que personalmente opino que lo mejor para él y para el club será buscarle una salida en verano, donde el jugador tenga la titularidad asegurada y se vuelva un jugador franquicia. La pregunta será si Falcao aceptará ir a un equipo más débil para asegurarse la titularidad o volverá a fichar por un club donde sea uno más. Desde que se fue del Atlético, Falcao no ha vuelto a tener regularidad, y ahora mismo, es lo que necesita. 
Así pues, parece que la marcha del tigre Falcao es mucho más clara que la de Ángel Di María, aunque no se puede asegurar nada pues, un factor que no se ha tenido en cuenta es un posible cambio en el banquillo, la cual cosa dejaría todo lo escrito en un mero supuesto y abriría las puertas a nuevas posibilidades para los dos jugadores.

El futuro de Di María y Falcao es totalmente incierto ahora mismo.

jueves, 19 de marzo de 2015

UNO DE LOS NUESTROS: ALESSANDRO DEL PIERO

Cuando empecé a escribir esta sección, lo primero que hice fue una lista de posibles candidatos. Y el primer nombre que escribí fue el de Alessandro. Porque grandes goleadores hay muchos, pero jugadores como él se pueden contar con los dedos de la mano. Simplemente es el estandarte de uno de los mejores clubes de la historia. Desde 1993 en adelante, la Juventus de Turín solo tiene un único capitán: “il Capitano” Alessandro Del Piero.
‘Ale’ nació en el 1974 en Conegliano, Italia, y aunque su sueño era ser camionero para poder viajar fácilmente, aprendió a dominar el balón en el campo de la parroquia de su pueblo. Su primer club fue el AC Vendemiano, donde jugaba de portero, pero su hermano, futbolista también, le dijo que tenía la suficiente habilidad para ser jugador de campo así que se reubicó en la delantera. El tiempo le daría la razón al grande de los Del Piero. Llamó el interés de varios clubes de la zona, y firmó un contrato con el Calcio Padova, que competía en Serie B, y tras dar sus primeros pasos en los juveniles, con 16 años debutó profesionalmente en la segunda división italiana.
En 1993, con 19 años, sería fichado por la Juventus, que mostró un gran interés. Alex estaba completamente entusiasmado, pues desde chico había sido fan del equipo bianconero. Empezó jugando en el “primavera” de los turineses y pronto se erigió como líder de aquella plantilla. Durante su primer año alternó la rutina de los juveniles con el primer equipo, así que debutó en setiembre e incluso esa misma temporada se estrenó como goleador en Serie A. El siguiente año, Del Piero estaba listo para dar el salto al primer equipo, y aunque tenía una férrea competencia, la lesión de la superestrella Baggio, le dio muchos minutos esa temporada, en la cual ganó su primer “Scudetto”. En la 95/96, Lippi decidió vender a Baggio y colocar el número 10 a la espalda de Ale, decisión muy arriesgada pero que al final demostró que Del Piero estaba llamado a ser el líder nato de ese equipo. Con seis goles en su haber en Champions, ayudó a la Juve a volver a ser campeona de Europa once años después. Ganaron la final en los penales frente al Ajax, vestidos con la mítica malla azul estrellada. Los dos años siguientes fueron un tanto agridulces para Del Piero, pues el equipo ganó los dos Scudettos, obtuvo la Supercopa de Europa y la copa Intercontinental y  llegó a marcar 21 goles en la campaña 97/98, pero el conjunto bianconero se quedó a las puertas de la historia tras perder dos finales de Liga de Campeones consecutivas frente del Dortmund y el Madrid.

Un joven Del Piero alzandose con la Liga de Campeones del 96.

A partir de 1998, la Juve y Del Piero pasaron una época de sequía. No conseguirían ningún título y a parte, el italiano sufriría una grave lesión que le apartaría de los terrenos de juego ocho meses. A pesar de contar con grandes jugadores como Deschamps, Zidane, Davids o Henry y estar en manos de Ancelotti, la Juve pasó tres años sin conseguir ningún trofeo, y los números de Ale se vieron duramente resentidos. La vuelta de Lippi, la persona que confió en Alessandro, en 2001 le dio alas a la Juventus, y con la llegada de gente nueva como Pavel Nedved o David Trezeguet, con el que formó una dupla letal, volvieron a reinar en Italia ganando dos Scudettos consecutivos. La nota agria volvió a suceder en Europa, donde Pinturicchio perdió su tercera final de cuatro disputadas frente al gran Milan de su ex entrenador Carlo Ancelotti.

Alessandro compartió vestuario con auténticas leyendas: Baggio, Zidane, Henry, Nedved, Cannavaro, Ibrahimovic...
En 2004, el equipo volvió a sufrir un importante cambio, primero desde el banquillo: llegó Capello; y luego en el terreno de juego: la llegada del sueco Ibrahimovic restó muchos minutos a Alessandro, que tuvo que acabar adaptándose a un nuevo rol en el equipo. Ganaron la liga en 2005 y 2006, aunque sus problemas con Capello le impidió ser protagonista. A causa de eso, su convocatoria para el Mundial fue una duda hasta el final y, aunque sí que fue con la azzurra, no lo hizo de titular. En esa Copa Mundial, Del Piero y los italianos se alzaron con el trofeo derrotando en lospenaltis a Francia, de los cuales Alessandro marcó uno. Pero el momento mágico del Juventino en esa cita fue en semifinales, anotando un golazo que sentenciaba la eliminatoria frente Alemania y que dio la vuelta al mundo por su plasticidad. Del Piero, un enamorado de su país, había cumplido uno de sus sueños.

Pinutricchio rozando la Copa Mundial. Formaba equipo con mitos italianos como Inzaghi, Pirlo, Totti, Gattusso...












Pero la vuelta a la rutina bianconera fue terrible. Después de la cita mundial, se destapó el escándalo de la compra de partidos llevada a cabo por Moggi, directivo de la Juventus, llamada vulgarmente “calciopoli” y los bianconeris fueron expropiados de sus dos últimos títulos ligueros y relegados a la Serie B con 17 puntos menos. El duro castigo hizo que todas las estrellas abandonaran el equipo; pues solo siguieron Alex, Nedved, Buffon, Trezeguet y Camoranesi, auténticos mitos desde entonces de la historia del club.  Aun la dura sanción, el club consiguió ascender y en 2007 volvía a disputar la máxima competición italiana. La complicada situación hizo a la Juve plantearse un proyecto a largo plazo, y así empezar de cero. Sin embargo, ese mismo año ya volvió a clasificarse para Europa. El reencuentro con la competición en el viejo continente del equipo de las cebras se transformó en una de las últimas noches mágicas de Del Piero en Champions: salió ovacionado del Bernabéu tras marcar dos golazos a Casillas, y en la vuelta, lo volvió a hacer con un trallazo que se quedó grabado en la retina de los tifosis de Delle Alpi.

Nedved y Del Piero. Dos grandes amigos unidos por el amor hacia un club.

En su vuelta a la Serie A, siguió marcando y celebrándolo a su tradicional manera: con la lengua fuera.

La reconstrucción del equipo acabó con la llegada en 2011 de Conte, antiguo excompañero del cual Ale había heredado el brazalete. Ese mismo año, Del Piero levantaría su último trofeo como capitán de los turineses: nueve años después de su última Serie A legal, la Juve volvía a reinar Italia. En ese punto, il Capitano decidió dejar entrar nuevos aires tanto en el equipo de su vida como en sus pulmones. El chico que de pequeño soñanaba con ser camionero para recorrer el mundo fichó a sus 38 años por el Sidney FC, donde disputó dos temporadas y se ganó el corazón de la afición australiana. Esta última temporada, Del Piero, a quien nunca se le acaba la cuerda, se trasladó a la India para jugar en el Dehli Dinamos con 40 años, donde parece que definitivamente pondrá punto y final a su carrera.

Del Piero volviendo a tocar el cielo vestido de bianconero.
Del Piero fue ese nueve y medio, ese punta que tiene demasiada clase guardada en sus botas que debe ser retrasado en su posición a lo largo que avanza su carrera, pero que a la vez tiene ese olfato de gol del que presumen tan pocos delanteros. Pero él fue algo más. Del Piero fue un hombre de club como de los que ya no hay. Del Piero fue y es la Juve. Esa espécie en extinción que parece que ya solo queda en nuestros recuerdos. Pinturicchio, como le apodaban, fue el jugador con más partidos y con más goles en la historia del club turinés. Un señor fuera del campo y una leyenda dentro de él. Por eso y por enseñarnos que es la lealtad hacia un club, ¡gracias Alessandro por ser uno de los nuestros! O como tu dirías, “uno di noi”.

lunes, 16 de marzo de 2015

SEMANA CLÁSICA.

Hoy es lunes. A una semana vista del clásico, hoy, empieza casi una odisea para los amantes del futbol. Lo que debería ser una semana llena de nerviosismo, pasión y ganas de que el balón eche a rodar, se transformará en una penitencia para los que seguimos este deporte. Y ustedes dirán ¿porqué? Pues muy fácil, hagan el sencillo ejercicio de sentarse frente al televisor a las tres de la tarde y ver deportes cuatro. O, en caso de que no tengan tiempo, abran en su mismo navegador la página inicial de cualquier diario deportivo del país. Prepárense, que vienen fuertes.
De hoy hasta domingo tanto los medios catalanes como los de la capital solo harán que intentar desestabilizar al equipo rival, llenando portadas y páginas interiores de auténtica basura. Si normalmente ya lo hacen durante el resto del año, imagínense los días previos al clásico. Se trata de caldear el ambiente, vaya tontería. A parte, ellos mismos son capaces de dejar en evidencia su inexistente imparcialidad y por tanto, su mala calidad como medio de información. ¿Como puede ser que en la edición digital de Mundo Deportivo no pueda encontrar una crónica del partido de ayer del Madrid? Ni siquiera mencionan el resultado. ¿Porque algunos anuncian que "Bale se destapa" y otros hablan del "descomunal mosqueo de Bale tras el gol" o hasta de su posible marcha. Pero al fin y al cabo, todo esto da igual, semana tras semana sigue pasando lo mismo.
Ya hemos sido conscientes de portadas realmente patéticas por las dos partes que han acabado siendo como escupir hacia arriba. Hablo del "canguelo", el "cata-crac" de Bale del año pasado, o el "lo solucionaremos en el Camp Nou" y "un Madrid de pena". Realmente es penoso que con la gran cantidad de periodistas que hay en este país se le de voz a los más imparciales.
Volviendo al tema del clásico, yo personalmente estoy listo para hacer oídos sordos de toda la información que trata de desinformar y simplemente escuchar y procesar solo aquello que sea objetivo, que será poca cosa. Y aun tenemos suerte de que el Barça juegue contra el City el miércoles para no centrar desde ya todas las páginas en lo de siempre.
Es simplemente deplorable. Cada bando intentará atacar al otro, desestabilizar o asustar. Procuraran dejar claro que el equipo al que "apoyan" tiene las de ganar. Pero al final todo eso son palabras. Y que yo sepa las letras no marcan goles. Ni siquiera saben dar un pase. Que los tertulianos hablen, que los redactores escriban y que los ilustradores hagan portadas. Que hagan lo que quieran. Usted, como haré yo, no les haga caso. Porque realmente, cuando el árbitro silbe el inicio del partido todo lo dicho anteriormente no valdrá nada. Solo los jugadores podrán hablar entonces. Bueno, y si Ancelotti o Luis Enrique gritan un poco también les oirá. Pero cuando se inicie el partido, el tertuliano más merengue o el redactor más culé del mundo tendrán el mismo "canguelo" por la posible derrota que el que anunciaban toda la semana justo en el otro bando. Y ahora, si fuera Pedrerol, golpearía los papeles contra la mesa, cogería mi móvil y me iría. ¡Hombre!.

Me da igual lo que digan del clásico. Yo lo que quiero es ver buen futbol.

jueves, 12 de marzo de 2015

UNO DE LOS NUESTROS: RUUD VAN NISTELROOY

El goleador sin premio. Ruud Van Nistelrooy es esa clase de jugador que, pese a estar en grandes clubes a lo largo de su carrera y transformarse en una leyenda de los terrenos de juego, tuvieron la mala suerte de nunca poder levantar un trofeo internacional. VanGol, como se le apodó por su facilidad anotadora, durante sus 18 años de carrera, nunca consiguió levantar ni un Mundial ni una Liga de Campeones. Aun así, el mundo del futbol, que siempre reconoce a los grandes jugadores, recuerda al holandés como uno de los mejores delanteros de la última década.
Nacido en Oss, en los Países Bajos, Rutgerus, que es su nombre completo, llegó al futbol profesional en 1994 en el FC Den Bosch, pero no fue hasta el 1997 que llegó a la Erendivise, de mano del SC Heerenveen, que un año después lo vendería por 6,3 millones de euros al que sería su primer gran club: el PSV. En un equipo ya a su nivel y con el mítico Bobby Robson en el banquillo, Ruud marcó 31 goles en los 34 partidos de liga que disputó, transformándose así en el máximo artillero del campeonato y siendo escogido jugador holandés del año. La siguiente temporada, en 1999, anotó otros 29 goles, pero esta vez sí que le valió para ganar la liga holandesa y ser escogido, otra vez, jugador holandés del año. Estos dos años en el PSV fueron los primeros en los que Van Nistelrooy marcó en la Liga de Campeones, una competición predilecta para él cara a puerta. En el 2000, a final de esa temporada, Sir Alex Fergusson, entrenador del Manchester United, mostró interés por tenerlo en su plantilla y lo fichó de inmediato. Cuando parecía todo cerrado, la firma se atrasó para comprobar el estado físico del neerlandés, entonces, en un partido amistoso que disputó durante esos días, se lesionó gravemente los ligamentos cruzados de la rodilla. Aun así, fue otra vez jugador del año y volvió a ganar la liga. Casi un año después y aun en el PSV, volvió a disputar un partido, y al finalizar la temporada, que para él fue realmente corta, fichó definitivamente por el United.
En el club inglés, VanGol mostró sus mejores cualidades. Tras una buena temporada en el apartado personal pero sin ningún título, en la campaña 02/03 el United se hizo con la Premier con un letal Van Nistelrooy como punta de lanza, que anotó 25 goles. Ese año, los Red Devils fueron eliminados en cuartos de la Champions en un maravilloso duelo frente al Real Madrid. Ruud marcó en esa edición 14 goles en solo 11 partidos, forjando su leyenda en la máxima competición europea. La siguiente campaña fue difícil para todos los clubs ingleses, pues ese año el Arsenal de los Invicibles ganaría la Premier League sin perder ningún partido. Los gunners y los red devils mantuvieron una relación hostil durante toda la temporada y cuando llegó el partido en casa del Untied la tensión era máxima. La prensa denominó ese partido como “la Batalla de Old Trafford” por su excesiva dureza. El partido estuvo marcado por una acción entre Ruud y Patrick Vieira, capitán del Arsenal. Ruud cometió una falta sobre el francés que al caer al suelo soltó una patada al aire en dirección a Van Nistelrooy, este, se quiso apartar y el árbitro mostró la segunda amarilla a Vieira, cosa que enfureció a todo el equipo gunner. Ya en el minuto 90, el trencilla señaló penal en el área del Arsenal, y Ruud decidió chutarlo aun habiendo fallado los dos últimos que había lanzado. Lo falló. Su tiro dio al larguero y el partido acabó. Varios jugadores del Arsenal fueron a celebrar el error del holandés frente suyo mofándose y recriminándole la expulsión de Vieira. El United ganaría la FA Cup ese año, pero el Arsenal conseguiría con ese resultado seguir su increíble temporada sin ser derrotados ni una vez. La siguiente temporada, VanGol tenía preparada la revancha para el Arsenal. En el mismo escenario, el tulipán gozaría de otro penalti y esta vez lo transformaría celebrándolo con toda su rabia acumulada. El partido acabó 2-0 y rompió la racha de 49 partidos invictos de los de Highbury.

Keown celebra el fallo de Ruud en su cara
VanGol se toma su revancha y rompe la racha de los Gunners.
En 2005, llegaron los problemas para el delantero en Old Trafford. Tuvo graves enfrentamientos con la estrella emergente del equipo, Cristiano Ronaldo, al cual criticaba por egoísta en el campo. Y en uno de ellos llegaron a las manos. Ese mismo día, Ruud decidió que debía dejar el club. Se marchó ese mismo verano al Real Madrid por 19 millones de euros y cerró su etapa con 150 goles en su haber.
Su llegada al club blanco no pudo ser mejor. Ese año ganó la Liga y fue pichichi de la competición con 25 tantos, pero el equipo volvió a fracasar en Europa cayendo en octavos, mismo resultado que conseguiría en los siguientes años. Van Nistelrooy empezaría a notar su edad y sufriría una lesión grave que le dejaría fuera la gran parte de la siguiente campaña, aunque su equipo repitió campeonato liguero. Desde entonces, el punta no volvió a tener regularidad y su rodilla derecha tuvo que ser intervenida otra vez dejándole fuera ocho meses más. Al volver, en su primer tiro a puerta marcó, dejando patente su gran calidad, pero en esa misma acción volvió a caer lesionado. Acabó la temporada con pocos minutos por culpa de la gran competencia en la delantera con jugadores como Ronaldo, Benzema, Higuaín o Raúl
Van Nistelrooy celebrando la liga blanca.

Con vistas al Mundial de 2010, el verano de 2009 se marchó al Hamburgo en busca de minutos.  Tras su no convocación para la cita mundialista, pasó un año más en Alemania y en 2011 decidió acabar su carrera en el modesto Málaga, en el cual aún solo conseguir 4 dianas, ayudó al equipo a clasificarse para la Liga de Campeones. Van Nistelrooy se retiraría del futbol en 2012, tras su última temporada en el Málaga.

La cálida y multitudinaria bienvenida que recibió en la Rosaleda.
Realmente VanGol fue un jugador muy polémico. Su rival Vieira lo definió como “un auténtico hijo de puta” y es que a pesar de su gran juego, tiene muchos detractores. Pero un hombre capaz de vivir por y para el gol como lo hizo él y de la forma que lo hizo tiene que estar en esta humilde sección sin contar la absencia de grandes títulos en sus vitrinas ¡Gracias Ruud por ser uno de los nuestros!


lunes, 9 de marzo de 2015

A ESTE BARÇA LO QUE LE SOBRA ES PEP

Tras el tercer gol de Messi, justo en el momento en que Cristian Álvarez se fue al suelo esperando que lo que iba a hacer Leo fuera un chut y no una sutil finta, en ese momento le di un trago a mi cerveza. La cuestión es que veinte segundos después, dejé de pensar en lo bien que se estaba en la terraza en la que me encontraba viendo el partido y me acechó una duda: ¿Qué le falta a este Barça?
Mientras Messi celebraba con ya cierta pasividad el gol y los comentaristas alababan su superioridad frente el resto de mortales que estaba en ese terreno de juego, yo le empecé a dar vueltas a porqué este Barça, el de la pegada, el del tridente, el de Luis Enrique, me seguía dejando una sensación extraña de algo incompleto. Sí, el Barça se acababa de poner líder ese mismo día, está en la final de Copa y muy bien colocado en Champions, sí, los de arriba marcan y juegan de lujo, atrás se ha recuperado la seriedad y en el medio hay jugadores que pueden suplirse entre ellos sin que baje el rendimiento. Pero no sé, me queda algo por dentro que me hace pensar que este Barça sigue sin estar bien. Y mientras seguía bebiendo de mi cerveza, dejaba perdida la vista al horizonte queriendo saber que era.
Entonces, mientras el Rayo sacaba de centro por sexta vez ya, di en el clavo y exclamé por dentro "¡A este Barça le falta Pep!", estaba claro. Fue aparecerse esa idea en mi mente y empezar a sentir nostalgia a mejores tiempos, a mejores épocas en Barcelona. De ahí, pasé a sentir un poco de pena, entreviendo que eso que pensaba que le faltaba al club nunca volvería y por consecuente, siempre sentiría esa especie de vacío que, oye, no me hacía sentir bien. Qué remedio.
Pasaban ya dos minutos de la genialidad de Messi, y ya iba aceptando que nunca volvería a ver a aquél equipo de 2009, o el de 2011 y me hacía la idea de que el mundo del futbol se había hecho un poco más vulgar desde entonces. Me sentía como el niño al que le dicen que su helado favorito se ha acabado y no van a traer más, como decirle a alguien que lo que vivirá en el futuro nunca superará el pasado. Con lo bien que pintaba el domingo ya me había entrado la bajona, tú.
Más tarde ya, cuando el cuarto árbitro levantaba la tablilla del descuento, yo, casi resignado por haber descubierto tal terrible verdad, me levanté para pagar el par de cervezas que habíamos pedido cuando, desde la barra, vi el gol de Suárez, y me dije "¡Que coño! ¡A este Barça lo que le sobra es Pep!". Esperen a que me explique. No me tomen por loco y cierren su navegador, un momento. A este Barça realmente no le falta nada, solo le sobra su sombra. La sombra de Guardiola, la del mejor equipo del mundo, y porqué no, de la historia. Imagínense a mí, que en mis veinte años, lo escaso que he visto de futbol, en su mayoría, ha sido la obra de arte que fue el Barcelona desde 2009 a 2012. Y claro, llega este magnífico Barça que está plasmando una muy buena temporada y mi cerebro instintivamente lo compara con lo vivido años anteriores  y lo ve hasta vulgar. Es simple cuestión de perspectiva, de relatividad, solo eso.
A este Barça le sobran complejos, y más que a este Barça, a este aficionado culé. Así que la solución, a espera de una máquina que elimine recuerdos guardiolescos, es disfrutar de esta temporada de los blaugranas y evitar las comparaciones con otros años. Tanto sean mejores o peores. Porque lo que determina el futuro de un equipo es el presente, y no el pasado.

Pep y Luis Enrique no son iguales.

jueves, 5 de marzo de 2015

UNO DE LOS NUESTROS: MIROSLAV KLOSE

Uno de los grandes problemas que sufre el balompié es el hecho de que hay factores que no se pueden cuantificar. Me explico: es imposible valorar con un simple número la calidad de un jugador, o llanamente no se puede representar en un gráfico cómo la habilidad de un jugador ha evolucionado con el tiempo. Pero lejos de estos conceptos abstractos, viven los delanteros centro. Pues su faena sí que puede resumirse en un solo número: los goles. Y hoy, hablaremos de un delantero corriente, un jugador de futbol sin aditivos, pues nunca fue una estrella mediática, pero hablamos de la persona que más goles ha conseguido en la copa de las copas, en el torneo por excelencia. Estamos hablando de Miroslav Klose.
Miroslav nació en Polonia el 1978, de padre alemán y madre polonesa, los dos deportistas de élite,  a los ocho años se marcharía a vivir a Alemania, donde iniciaría su fulgurante carrera como futbolista. Sus primeros pasos los dio en Kaiserslautern FC, donde debutó en la Bundesliga en el año 2000. En 2003, sus  más de cuarenta  goles con su equipo en liga llamaron la atención del Werder Bremen, que se hizo con sus servicios. Allí tocaría techo a nivel de clubs siendo el máximo goleador de Alemania en 2006 y ganando la Bundesliga por primera vez. Su éxito en el país bávaro fue brutal, y en 2007 se incorporó al club más laureado de Alemania: el Bayern de Munich. Pero, ya con 29 años, nunca volvió al nivel que demostró en su antiguo club, pues realmente Klose nunca demostró ser un delantero para un conjunto puntero en Europa como lo era el Bayern. Sin embargo, ganó dos Bundeligas más con los bávaros. En 2011 no renovó su contrato y se marchó al SS Lazio, donde, aún sigue jugando y disfrutando de minutos ya a sus 36 años, bordeando la retirada.
Pero lo que ha hecho ascender la leyenda de este veterano delantero alemán ha sido su trayectoria con la Selección Alemana.  Si su carrera profesional empezó en abril del 2000, menos de un año después pudo debutar con Alemania: el 24 de marzo de 2001 ante Albania. El billete express al Mundial de Corea y Japón se lo ganaría anotando dos hat-tricks en partidos amistosos previos a la cita mundialista. Ya en los países asiáticos, golpeó fuerte en la mesa marcando cinco goles, todos de cabeza, y ayudando a su selección a llegar hasta la final del torneo, en la que perdieron por 2-0 por culpa del hombre que hasta hace poco, había marcado más goles en el Mundial: Ronaldo Nazario. Se criticó la faena de Klose, pues sus cinco goles fueron en la fase previa, dejando de anotar a partir de octavos, cuando su equipo más lo necesitó.

Klose celebrando el primero de sus dieciséis goles en los Mundiales. 2002.
La Eurocopa de 2004, Klose la pasó tocado y no pudo casi ayudar a su selección, pues este fue eliminado en la liguilla. Así que, Miroslav y el resto de componentes de la selcción llegaban con ganas de revancha a la cita de 2006, que se celebraba en su país. Klose marcaría dos goles frente a Costa Rica y otros dos más contra Ecuador para encarrilar su clasificación como primeros de grupo. En cuartos marcaría un importante gol frente Argentina, a la cual al final ganarían en los penales. En semifinales, Alemania fue eliminada dolorosamente ante la futura campeona Italia en una prórroga de infarto que sentenciaron los azzurros en los últimos minutos con goles de Grosso y un exquisito golpeo de Del Piero. Derrota muy frustrante para una selección que, como en 2002, volvería a quedarse en el podio de una Copa del Mundo.

Miroslav saludando a su verdugo, Gigi Buffon, en 2006.
En 2008, se celebró la Eurocopa de Austria, en la cual el conjunto alemán volvió a hacer un excelente torneo, llegando a la final gracias a otros dos goles de Klose, que a cada minuto que pasaba en el campo, agrandaba su leyenda. Quedaron subcampeones por detrás de España, equipo que al que se cruzarían en  semifinales en 2010. En ese Mundial de Sudáfrica, Klose se quedaría a un gol de la cifra que había marcado Ronaldo como máximo goleador en la historia de los mundiales: 15 tantos. Mojó en la ronda previa ante Australia, anotaría también en octavos frente Inglaterra y repetiría por partida doble en el baño que le dieron los alemanes a la selección del que había sido nombrado mejor jugador del mundo, Leo Messi. Argentina caía en cuartos por 4-0. Pero, en semifinales, se encontrarían otra vez con España, que practicó un gran futbol durante todo el torneo y que acabaron ganando el título eliminando a Miroslav y compañía por 0-1.  Cabe destacar, que ese año, Klose ya no fue el máximo anotador de su selección, pues le superó Thomas Müller, su compañero en el Bayern.  Eso dejaba entrever que quizás Klose había perdido su última oportunidad para ganar un Mundial y a la vez, para marcar un gol más e igualar a ‘O Fenomeno’.
Pero llegó 2014, tras otra eliminación en semifinales, esta vez en el Euro de 2012, Klose entró en la preselección de Löw de 30 jugadores para viajar a Brasil, y el 2 de junio, rompiendo muchas quinielas, se ratificó entre los 23 jugadores definitivos. Obviamente, con 35 años a la espalda, su papel pasó a ser mucho menos importante que anteriormente. Aun así, contaba con la fortuna de ser el único nueve puro de esa plantilla y sí disputó minutos. Y evitando escuchar las plegarias de Pelé para no robar a su compatriota el récord de goles en la Copa Mundial, Klose anotó el importante empate frente a Ghana en la fase de grupos igualando así al brasileño en goles. Al final, el ciclo se cerró. Klose, que disfrutó de alguna titularidad ya, salió en el once inicial contra la anfitriona Brasil en semifinales. En aquel ya mítico partido, uno de los siete goles, el segundo exactamente, que marcaron los alemanes a la impotente Brasil llevó el nombre de Klose para grabar esas cinco letras en la retina de muchos brasileños y en la historia de los Mundiales. Klose llegó a los 16 goles en cuatro participaciones. En la final, Alemania volvió a derrotar a Argentina por 3ª vez consecutiva y, aunque salió de titular, el marcador no se movió hasta que fue sustituido, casi dando el relevo generacional, por Mario Götze , el cual, acabó marcando en la prórroga y otorgándole a Alemania esa ansiada Copa del Mundo, sobre todo para ya el veterano Miroslav que, tras ese partido, decidió abandonar la selección.

Klose iguala a Ronaldo. Espectacular instantánea de su ya típica celebración.

Klose supera a Ronaldo en el mítico partido frente a Brasil. El Mineirazo.

Es difícil de creer que entre tantos grandes delanteros que han pasado por la historia de los Mundiales, como Pellé, Maradona, Cruyff o Messi, un hombre tan sorprendentemente normal haya conseguido ser el máximo anotador de la competición. Este tipo de cosas hacen que el futbol realmente sea lo que es. Pues el futbol de hoy es lo que es también por un hombre llamado Miroslav Klose, que sustituyendo su falta de talento por mucho trabajo ha llegado a ser el goleador de los goleadores. O como mínimo eso dicen los números ¡Gracias Miroslav por contarnos en clave de gol la magia de los Mundiales, y gracias por ser uno de los nuestros!

lunes, 2 de marzo de 2015

MALAS ELECCIONES

Saber escoger bien es una virtud que no todo el mundo puede presumir de ella.  Una mala elección puede desencadenar una serie de sucesos que cambien radicalmente el transcurso de algún factor. Algo parecido le está sucediendo a Radamel Falcao. Dos malas elecciones, dos caminos incorrectos, y también bastante mala suerte han hecho que el colombiano lleve dos años en dique seco, sin aportar nada a los conjuntos que se hicieron  con sus servicios. El Tigre no supo escoger.
En el año 2013, Radamel Falcao se acababa de proclamar campeón de la Copa del Rey de España con un Atlético superlativo. Además, ese solo era el último éxito que cosechaba el equipo comandado por Simeone, tras ganar la Europa League y la Supercopa de Europa. Aun con el ilusionador proyecto que plasmaba el Atlético en el campo, Falcao decidió poner fin a su etapa colchonera ese verano. Fue su primera decisión. Sin embargo, no se puede criticar esta elección del delantero, pues parecía algo normal y podía entrar dentro de los planes del equipo madrileño que su gran estrella se marchara llenando así las arcas del club con el dinero por su fichaje. Quizás, el error de Radamel fue escoger el principado de Mónaco como su destino. Dio más importancia al dinero que al proyecto futbolístico, pues se marchaba a un equipo que acababa de ascender a la Ligue 1. Su elección fue muy criticada. Los colchoneros podían aceptar que el jugador se fuera a un club más potente para aumentar sus logros pero no entendieron que se marchase a un equipo no clasificado para Champions y en un liga mucho más débil que la española. La mala decisión se corroboró cuando, el Mónaco no pudo ganar ningún trofeo mientras el Atlético se hizo con la Liga española y llegó a la final de la Liga de Campeones. Primer error. Además de esto, tuvo la desgracia de caer lesionado de gravedad y perderse más de cinco meses de competición y el Mundial. Fue un año fatal para él.
Llegó el verano y media Europa se disputaba al astro colombiano. Parecía clara su salida de Mónaco, pero ya en setiembre el mercado bordeaba su cierre y Falcao aún seguía en el Principado. Sonó para el Real Madrid, pero en un movimiento a última hora, se marchó cedido (¿cedido?) al Manchester United. Equipo en el que Robin Van Persie y Wayne Rooney ocupaban la delantera. Segunda mala decisión. A parte de la fiera competencia que iba a encontrarse en Old Trafford, debía aceptar volverse a quedar fuera de competiciones europeas. Un año más. Esta extraña elección de Falcao le volvió a salir mal. Hoy, el Mónaco tiene pie y medio en cuartos de final tras demostrar que puede presumir de un sólido equipo, mientras tanto, Radamel sigue mayoritariamente desde el banquillo los partidos que juega su conjunto en la Premier, sin poder ni casi competir con Robin por la titularidad. Otro año más malgastado.
Parece claro que, ahora sí, este verano Falcao acabará en algún equipo importante y en el que será el nueve indiscutible, pues tiene clase para ello. Ahora, quizás sería mejor idea que su destino fuera escogido por otra persona que no sea él, por su propio beneficio.

Falcao tiene minutos en Manchester, sí. Pero no los que un nueve como él merece.