jueves, 22 de octubre de 2015

IDEAS Y LÍDERES

El capitán debe ser el último en abandonar el barco, pero nadie nos habla de cuando tiene que subirse. Supongamos que es porque es algo lógico que el primero de abordo sea el primero, valga la redundancia, en llegar a la embarcación. Algunos que se creen más listos que nadie quieren empezar a construir la casa por el tejado y quieren que su casa sea la más alta del vecindario y como en tantos casos, en el fútbol, que acaba siendo un reflejo de la vida, esto también sucede .
Esa lógica de la que antes hablábamos queda difuminada cuando lo que hay que manejar ya no surca por los mares y sí lo hace por los terrenos de juego. Los equipos de fútbol deben tener un capitán, y no aquél que lleve el brazalete. Hablo de un líder. Hablo de un entrenador. De un buen entrenador en la medida de lo posible. Estamos hartos de ver proyectos de clubes tanto grandes como pequeños que se derrumban porque llenaron de nombres el césped pero no dedicaron suficiente tiempo a pensar quien los dirigiría.
El caso más reciente se vive en Inglaterra. El Liverpool, mítico entre míticos, se venía hundiendo poco a poco desde la marcha de Benítez, y solo remolcado por nombres como Suárez o Gerrard en momentos puntuales. Por el banquillo de Anfield pasaron Hodson, Daglish y Rodgers y podrían haber pasado tantos más sin dar con la tecla porque nunca se le puso prioridad a la búsqueda de mister antes que a la de jugadores. Se contrata a entrenadores parche y obviamente no llegan a solucionar el problema porque no encuentran, ni siquiera buscan, la raíz. Pero al fin, parece que la directiva de los reds ha abierto los ojos y ha movido tierra y aire para traer a un hombre con una idea clara sobre el futbol: Jürgen Klopp. Ahora pueden tardar en llegar los éxitos, o pueden ni llegar, pero el cambio está ahí. Es real.

Solo un concepto puede ir por delante del entrenador: el club

Otro caso que da fuerza a esta teoría está sucediendo en Londres. El Chelsea ha empezado de forma horrenda esta campaña, pero una cosa tienen clara en la capital: Mourinho no se toca. Lo saben los aficionados, lo sabe Abramovich y lo sabe él. ¿Que importa una mala racha de resultados si tienes a un hombre con carácter en el futbol como lo es él? Roman ya la fastidió una vez y pasó años buscando un sustituto a José, que solo supo encontrar en el mismo José. Mou tiene un proyecto sólido, que vale más que cualquier jugador.
Por último, el último movimiento de banquillos en la Premier ha tenido lugar en el Sunderland. Un equipo que lleva años sin un proyecto pero que ha decidido gastar posiblemente su última bala en el hombre adecuado: Big Sam. Está claro que comparado con los dos anteriores casos hablamos de diferentes niveles tanto futbolísticos como económicos, pero lo que sabemos es que Allardyce está preparado para aportar más que cualquier fichaje que pudiera o pueda llegar en invierno.

Las ideas mueven a las personas

En definitiva, el primer ladrillo que se debe colocar para crear un proyecto ganador no está en el campo sino en el banquillo, porque son las ideas las que mueven a las personas y no al contrario. Así que interésense por aquél que las tenga y no por aquellos que las deban ejecutar.

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