domingo, 8 de noviembre de 2015

DEPAY, EL PESO DEL 7

Hay camisetas que pesan más que las demás. Enfundárselas acarrea asumir una responsabilidad que no cualquier jugador puede soportar, y una de estas elásticas es el dorsal ‘7’ del Manchester United. ¿Por qué? La respuesta es sencilla: Best, Cantona,  Beckham, Ronaldo. Con cuatro nombres se puede entender que cualquier aficionado con asiento en Stretford End espere del jugador que lleva ese número a la espalda algo más de lo habitual.
Pero desde que Cristiano abandonara los regazos de Sir Alex Ferguson rumbo a Madrid, no sin antes tocar el cielo futbolístico, allá por 2009, los red devils carecen de un ‘7’ con carisma. Parecía desvanecerse esa cadena de jugadores mágicos y de alumnos que heredan la responsabilidad de sus maestros ese mismo año. Owen, Valencia o Nani fueron efímeros jugadores que nunca tuvieron tal rol, ni tampoco se esperaba que lo hicieran. Así pues, la fiebre por tal hecho, desapareció dejando en mera anécdota aquella serie de nombres. Pero en 2014, la llegada de Ángel Di María a Old Trafford abrió otra vez los recuerdos de aquellas leyendas y creó una especial expectación poniéndole la etiqueta de salvador tras la desastrosa campaña con Moyes.

La leyenda del '7'


Todos sabemos cómo acabó. Di María no supo adaptarse al juego de la Premier y hoy en día se encuentra en las filas del PSG, pero ya antes que el fideo cambiara de aires, los mandamases de United se encargaron de fichar a la joven estrella holandesa del PSV, Memphis Depay. Al principio de temporada, como si fuera un simple deja-vú, el holandés se vistió con el siete y se volvieron a crear unas expectativas sobre la futura importancia del extremo oranje dentro del equipo y, realmente, Memphis supo demostrar en los primeros encuentros del curso de lo que era capaz. Casi igual que hizo Ángel un año antes, a inicio de temporada, Depay era un titular indiscutible y dejaba joyas mientras los aficionados se frotaban las manos divisando lo que podía ocurrir con el holandés en el equipo. Recuerden sino la fantástica noche europea en la previa de la Champions frente al Brujas con dos goles y una asistencia del nuevo ‘7’.
Pero tras varios partidos, el efecto Depay parecía desvanecerse a cada minuto que el United pasaba sobre el campo. Gestos de falta de actitud, inadaptación al juego, poca participación y sobretodo falta de gol. El mismo aficionado que fantaseaba con todo lo que le podía aportar tal jugador miraba escéptico el caminar desganado por el campo del que debía ser la pieza fundamental de su equipo, hecho aterrador al parecerse a lo que un año antes pasó con Di María. Además, la confianza de Van Gaal no es eterna ni mucho menos, y cuando las malas actuaciones aparecieron, el duro de Louis no tuvo piedad con su compatriota y empezó a sustituirlo por chavales jóvenes como Martial o Lingard.

Memphis con el número siete
A día de hoy, Depay ya no es ni titular. Este fin de semana ha acumulado ya el tercer partido sin salir en el once inicial, subordinado a un chaval de la cantera que a principios de temporada no apuntaba ni a tener minutos: Jesse Lingard. Posiblemente, y viendo la tendencia del rendimiento de Memphis, se puede acusar al club de realizar otro mal fichaje, uno de tantos. Pero realmente, el traspaso de Depay no fue una mala inversión, pues el chico tiene sin ningún tipo de dudas las cualidades para triunfar en el equipo y hacer historia, pero su lastrante actitud vista en los campos, hacen que el culpable de esta situación solo sea él.
Memphis Depay, de prometedora estrella y futuro líder del equipo, a un simple actor secundario que entra desde el banquillo como revolucionario, o simplemente ni eso. El peso del ‘7’ está hundiendo al holandés y Van Gaal está dejando de concederle ocasiones ¿Se avecina un nuevo fracaso como el de Di María? Es triste, pero eso parece, y más con la ideología de Louis, que ha demostrado durante la temporada pasada que no le importan los galones de los jugadores y que la titularidad es para aquellos que rinden.
Sábado, en el aburrido y paupérrimo partido del Manchester United frente al West Brom, el chaval Lingard abrió la lata con un gol que parecía haber estado diseñado para que Depay lo ejecutase, y gracias a él, los red devils volvieron a salir airosos de otro partido de juego bochornoso y lento. Van Gaal sigue teniendo mucha faena por delante para encontrar la tecla que haga del United un equipo arrollador, y si ve que Memphis no le puede ayudar a conseguirlo no dudará en dejarle sin minutos, y con Louis ya se sabe, muchas veces cuando desaprovechas tu oportunidad nunca la vuelves a tener. Quién sabe si la temporada que viene veremos a la chiquillada de Manchester vestida de rojo con el nombre de su nuevo ídolo ‘Lingard’ escrito encima de un majestuoso ‘7’ blanco.

Memphis Depay, desesperado

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